Lo confirmó el testigo Ricardo Rogelio Bustos ayer cuando se
presentó a declarar en la segunda audiencia semanal.
Bustos era sargento del Batallón 181 en 1976 y prestó
servicios hasta 1996. Era mecánico en la Compañía de Construcciones y relató que desde el
24 de marzo de 1976 y durante un mes aproximadamente fue comisionado a la
comisaría de Villa Regina bajo las órdenes del subteniente Jorge Osvaldo
Gaetani, militar retirado que esta imputado en esta causa pero se encuentra
excarcelado. Gaetani era subteniente de la compañia de combate “b” del Batallón
181.
Bustos confirmó que estuvieron alojados en esa dependencia
policial y sostuvo que el traslado se produjo en un “camión reo, de los chiquitos”,
estaba a cargo de Gaetani como jefe, cuatro suboficiales (un cabo y tres cabo
primeros) y cinco soldados. Aseguró que solamente daban órdenes él y Gaetani
más los oficiales policiales de la unidad. Su función era de policía y de
custodia del edificio de la comisaría y ejemplificó al indicar que se apostaban
frente al cine y “custodiaban el frigorífico de Moño Azul por la oscuridad que
había en el lugar”.
Bustos especificó que “no se hacían operativos, hacíamos
controles”, que “era fuerza armada y relevábamos los puestos en la comisaría”
A su regreso de Regina, comentó que sabía de la existencia
de personal de inteligencia porque andaban de civil, con barba y sombreros. En
esa época vivía en el barrio militar y admitió que “la mayoría nos conociamos”.
Declaración del médico Espinoza
El primero en declarar ayer a la mañana fue el médico
militar Héctor Oscar Espinoza, quien se desempeñó como médico en el Batallón de
Ingenieros 181 de Neuquén capital durante 1976. Espinoza estuvo bajo las
órdenes de Enrique Braulio Olea, quien se desempeñó como jefe del Batallón, y
de Hilarión de la Paz Sosa , jefe
de la sección Sanidad de la
Brigada de Infantería de Montaña VI de Neuquén, ambos condenados
en 2008 por 17 hechos.
El médico –quien tomó cargos como doctor en Cinco Saltos y
Cipolletti- confirmó que estuvo prestando servicios en el Batallón entre
noviembre de 1974 y diciembre de 1976.
Dijo que a De La Paz Sosa lo
vió en el batallón solamente dos veces durante revisaciones a soldados para su
incorporación.
Consultado sobre la situación de su jefe más cercano afirmó
que Hilarión de la Paz Sosa “era
un profesional correcto y cuando recibía órdenes desde Bahía Blanca era muy
preciso” y negó que haya participado en alguna operación e indicó: “tengo un
buen concepto de él”.
Espinoza reconoció que trabajaba como traumatólogo y era el
único médico de esa unidad militar.
El médico declaró que “la situación del país era displacentera,
rara; la población estaba atemorizada y que lo notaba porque estaba obligado a
controlar la comida de los soldados”.
Describió su periplo al observar que estuvo prestando
servicios en San Nicolás – donde reside actualmente- y luego pasó a Villaguay,
donde se retiró sin goce de sueldo en 1983. Dijo que estuvo con tratamiento
psiquiátrico durante dos años por un incidente con un jefe durante la Guerra de Malvinas y
finalmente dejó el cargo como militar en 1995.
Antes de despedirse dijo: “me conmueve estar aquí por gente
que ha sufrido”.
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